Los revolucionarios hacen fuertes pronósticos
sobre los más variados problemas y cuestiones,
que luego no se cumplen en muchas ocasiones.
Pero ellos siempre saben confeccionar \"postnósticos\"
que explican lo exitoso que ha sido su fracaso,
que emparchan de emergencia los puentes al futuro,
que apuntalan las vigas de su credo y, de paso,
le apuntan al culpable con índice más duro
que los cuatro balazos de su fusilamiento.
Los revolucionarios hacen muchas promesas
que luego, si la Historia las barre con su viento,
ya te dirán que no, que no, que no eran esas,
que todo lo han cumplido y es de puro burgués
que tantas maravillas como han hecho no ves.