Tus ojos, primavera en julio,
los míos, invierno en noruega.
Tu risa, mi insomnio,
mi risa, sepulcro de arena.
Tu andar, vuelo de ángel,
el mío, entre espinas descalzo.
Tu astucia, inspira canciones,
la mía, entre ríos un remanso.
Tu mirada, cruel ártico soleado,
mi mirada, navío perdido en la noche.
Tu ausencia, infinita disonancia existencial,
mi ausencia, esquiva de lunas, derroche.
Tus labios, manjares de dioses, encantos.
Mis labios, perdidos, la sed de los tuyos.
Mirando, te veo marchar sin descanso,
soñando, te veo llegar a mis brazos.
Lemos Maximiliano Daniel.
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