Lejanía
En esta tarde gris de invierno frío
una nube muy grande oscureció mi cielo,
anunciando tempestad y con su furia impía
hizo a mi alma temblar y tuve mucho miedo.
Allá a lo lejos, entre los árboles
se escuchaba el estruendoso zumbido del viento,
que golpeaba con fuerza y no se detenía
y arrancaba las hojas que rodaban por el suelo.
Tú no puedes imaginar cariño, lo que mi alma sentía
al observar el espectáculo con los ojos perplejos,
quise correr a tí para sentir tu compañía
pero no pudo ser porque tu estás muy lejos.
Pero sentí como un susurro en mis oidos
en que tu me murmurabas con tu voz distante,
y me decías, no temas mi amor, aquí estoy contigo,
nada te pasará, porque yo voy a cuidarte.
Y fue así como mi alma delirante
recobró nuevamente su paz y la armonía,
en el cielo se asomó otra vez el sol radiante
y yo te sentí junto a mí, a pesar de tu lejanía.
Winda