La corrupción, la indiferencia y el egoísmo
Perforan nuestras almas taladran nuestras mentes
En tanto el siglo se va licuando
Entre lágrimas que irán secando
Duro es el camino por los hangares
De la ilusión desnuda
Por la ruina de desidias aplicadas
Dormimos con el revólver en la almohada
Y castigamos severamente al distinto
Rueda la fortuna entre escombros de amarguras
Y la vanidad reguea en los jardines encarcelados.