¿Qué es lo que me estoy preguntando?
¿Cómo eres realmente...
o facialmente?...
¡Qué me importa a mí
tus facciones,
si conozco tu alma!
Ésa, tu alma,
que le ha dado
tantas satisfacciones a la mía...
El paso de los años,
cambian el rostro,
ellos han cambiado el mío,
también el tuyo...
Pero mi alma
no ha cambiado,
tampoco la tuya...
Ésa, tu alma,
es la que ha alimentado
a la mía...
Tu honestidad,
la gran sinceridad
que siempre has demostrado,
tus sentimientos
constantes y auténticos
se han enquistado
en mi alma...
y nunca he de dejar
de agradecerte,
aunque toda una vida pase,
lo que tú has logrado
en mi vida.
Una vida colmada
de dudas y temores,
de intrigas y desconciertos...
Pero ponte contenta,
porque has logrado
a través de tu presencia,
mi personalidad
haya variado
en una absoluta
y total diferencia,
a favor de mí...
Lograste apaciguar definitivamente
sentimientos que antes
no existían...
porque me has dado
lección de vida,
distinta manera
de pensar, de sentir...
Es... lo que necesitaba,
y me has otorgado,
sin elegirme.
Soy yo el que a ti
te he elegido
como responsable
de mi cambio...
el que nunca dejaré de agradecerte...
porque soy un agradecido
de los milagros...
y tú eres ese milagro
en mi vida.
Gracias por estar
siempre fortaleciendo
mi alma, con la tuya...
Derechos reservados de autor(Hugo Emilio Ocanto - 15/01/2014)