324 - Evitando pensares.
Y tengo pensares permanentes,
y los aparto, y los guardo en lo escondido de la mente,
y vuelven, y vuelven,
y entonces, arranco piedras, esas que apiladas esperan algún día ser muralla para
pensamientos que se escapan.
Y se me cuela por los peñascos,
y corriendo planto bellas flores que no puedan ser pisadas,
y entonces vuela suspendida de nubes blancas,
y me escondo de sus miradas,
haciéndome caverna de las montañas.
Y se oculta entre peonias, en roquedales,
y se hace riachuelos de aguas claras,
y penetra lentamente en las vaguadas,
y corretea buscándome por las cuevas,
y yo me dejo inundar por sus maneras.
Y huyo corriendo por el bosque,
y por la pradera, por la tundra desierta,
y me retuerzo en las zarzas que me apresan
y grito los miedos de mis carencias,
y escribo mis sentidos, poniéndolos en letras.