Ven a rescatarme amor,
que estoy cautiva
en lo alto de un torreón.
La bruja envidiosa
me ha dado su pócima
y estoy durmiendo
prisionera de su veneno,
esperando que vengas
a darme tu liberador beso.
Si por la ventana veo
pasar un pajarillo, le pido
que hasta ti te lleve
mi mensaje de dolor.
Monta en tu caballo,
cruza los senderos,
vence a los carceleros,
que me tienen encerrada,
mata a los fantasmas
y abre mi corazón,
que te espera para amarte
libre y sin condición,
con el alma abierta
dispuesta a hacerle frente
a todo lo que venga;
para después vencer juntos,
a todos los vasallos
y de todos tus males
liberarte yo.
Ven a rescatarme amor,
porque en mis sueños
pienso en ti y te veo,
porque tus besos
son mi bendición,
oír tus palabras
toda mi ilusión,
la leyenda de aquel beso,
mi salvación.
Y vivir en tu Reino Mágico
como tú dispongas,
mi Príncipe encantador.