No es sencillo sentirse bien,
ni imposible serlo.
Es difícil empezar algo nuevo,
y aún más sin perderlo.
Y es que si quieres hacerlo lo aprenderás
aunque por caminos dificultosos pasaras.
Pero así como todo tiene un principio,
también tiene un final de gloria.
Pues no hay semilla que no dé frutos,
Cuando hay manos, que están de antemano.
No es imposible creer,
tampoco el poder aprender.
Porque la naturaleza se deteriora,
y con los años se pierde.
Eso sí hay algo que nunca se pierde,
y es la capacidad de creer.
Es más el espíritu que uno manifiesta,
ase bien a los demás.
Por eso es que no es sencillo,
porque siempre obramos para mal.
Pero son los frutos que cultivamos,
los que a uno y a los demás
tendrán verdadero valor,
pues es el bien el verdadero triunfador.