Mi luna,
te pedí que no te alejaras de mí
porque la tristeza que me lleva al fin;
entre llantos,
de noche te vi partir
dejando así la tibia fragancia
con la que nací.
Mi suave caricia, mi dulce mirar
tiernas noches de claridad
me dejaste de mostrar
dejándome al olvido y en la oscuridad
Luna,
mi luna amada
te pedí que no te alejaras de mí
porque la soledad es eterna
y no tiene fin.
Luna, mi luna
compañera de horas de tranquilidad
sollozando bajo tu cielo,
consolaste mi verdad,
al saber de mi tristeza
rompiste con tu promesa
de no dejarme jamás.