No está en las pupilas sino en la mirada,
no en la voz sino en la palabra que no daña,
no en la mano sino en el abrigo que emana,
no en el rostro sino en la sonrisa que regala.
No está en el sol sino en la luz que irradia.
No está en el cuerpo
sino en la excitación que entrega.
No está en la respiración
sino en el aliento exhalado
en la vivencia del amor consumado.
No está en la ola que golpea
sino en la sonoridad del mar que perdura.
No está en los labios está en el beso.
No está en el verso
está en la inspiración del poeta
No está en el río que corre,
es el alma en plenitud
que escucha sus rumores.
(Seguramente Franz Liszt debió alcanzar la plenitud en su \"Sueño de Amor\" que llegó a musicalizarlo)