Aquí los tienes, son tuyos...
he hecho tanto esfuerzo físico
con ellos en mi vida...
por mis forzados trabajos,
y muchas veces han quedado
completamente extenuados...
Hoy ellos están acariciando tu cuerpo,
y es como si tuviese
entre ellos, suaves algodones,
que me llenan de placer...
Abrázame amada,
que tus brazos se entrecrucen
con los míos...
Amada, cuánta paz siento
al tenerte así,
asida a mis brazos...
nuestros cuerpos se balancean
a través de nuestro sentimiento
de amor... cuánta ternura me otorgas,
cuánto placer siento en todo mi cuerpo...
sintiendo el contacto del tuyo...
Si el tiempo pudiese detenerse...
que no lleguen los próximos minutos,
las próximas horas...
tiempo, detente...
y sigue haciéndonos felices,
así, abrazados...
que este abrazo sea eterno...
que esta felicidad
no se vaya nunca...
¡Cuán feliz me siento!...
¿También tú?
Oh, qué divina eres, amor...
me siento como un niño,
como un bebé...
amamántame con tus pechos...
déjame succionártelos, así...
Drechos reservados de autor(Hugo Emilio Ocanto - 17/01/2014)