Raúl Daniel

Viajando...

El ómnibus se desliza velozmente,

aumentando la distancia

que separa nuestros cuerpos,

en la ruta en que viajo normalmente,

para ir a la ciudad en que trabajo;

es de noche y comienza

una llovizna de repente.

 

Ayer estuve contigo y pude amarte,

fui todo lo más tierno que pude ser

y lo más ardiente... hasta agotarte;

no sé si alguna vez tuviste algún amante,

que aguantara lo que yo y sin cansarse

te esperase...

dándote y dándote... hasta saciarte.

 

A medida que la lluvia fina

empaña los cristales,

con las gotas que sumadas se deslizan

en tortuosos vericuetos; fantasmales,

las luces que se cruzan aparecen,

y en mi mente, tu recuerdo que se mece,

sugestiva hipnosis me produce.

 

El compás del ingenio que limpiando

bate, rítmicamente, el parabrisas,

me obliga al forcejeo que no deja

mi vista fija... y el movimiento

se entrelaza en mi memoria y pareciera

que te tengo entre mis brazos en la cama,

y ayer y ahora un solo momento fuera...

y me arden los labios...

¡y las manos me queman!

Y... casi sin darme cuenta,

me paso la mano entre las piernas...

y veo tus ojos en tu mirada más tierna.

 

Un inesperado bache obliga al chofer

a un brusco movimiento lateral,

y entonces cambian mis pensamientos

y reacciono, apercibiéndome

de lo que estoy haciendo...

y por  un rato me contengo.

 

Después de la curva, otra vez el silencio

... y el siempre igual avance

que me va paulatinamente adormeciendo...

 

Tu figura se dibuja nuevamente

y puedo verte, casi desnuda,

dando vueltas, de repente,

a mi alrededor...

como un baile que hicieras

al compás del ruido del motor.

 

Estás viajando conmigo...

lo quiera o no lo quiera...

¡claro que yo lo quisiera!

Oh, si pudiera...

si tú accedieras a ser mi compañera

y no tener esta incompleta relación

de \"más que amigos\"...

 

¡Qué fuerte y cómo duele

la pasión que a ti me lleva

... una y otra vez,

que mi voluntad doblega

obedeciendo tus caprichos

y haciendo... lo que tú quieras,

pretendiendo sólo no perderte

y tenerte como sea!

 

Ahora mi mano quedó quieta,

pero está donde no debe...

es que así me ilusiono en la penumbra

... y a mi lado creo que vas,

y hasta te siento...

pues mi mano, tu mano se parece,

haciéndome lo que, tan sólo ayer,

me hizo tantas veces.

 

Y te toco y me tocas en mi mente,

muy, pero muy lentamente...

¡y estás allí, ahora, en realidad...!

y un pellizco te doy, para creerlo,

y dices ¡Ay!, muy sensualmente;

y nos damos un beso pasional,

pasando a caricias más valientes...

y mi boca te recorre ¡toda entera!

y en cualquier parte de mi cuerpo

me sorprendes ¡clavándome tus dientes!...

 

Todo se volvió tangible y real,

tu piel rosada...

el brillo espectacular de tu mirada...

y tu feliz y sonora carcajada,

mi voz pesada y fuerte

te requiere y te provoca,

mientras despojo a tu cuerpo

del último resto de su ropa.

 

Y te penetro... despacio... suavemente...

¡tratando de hacer que desesperes!

...Y volvemos a vivir y a hacer

exactamente todo lo que ayer

pudimos conseguir: ¡nuestro placer!

 

Mas, de repente,

en un nuevo movimiento inesperado

me despierto y tristemente

me doy cuenta...

¡que mi pantalón está mojado

y vacía la butaca a mi lado!

 

Mientras llueve, ahora, con más fuerza

y comienza a hacer frío,

mas no tanto...

y encienden la calefacción

en el coche en que voy viajando,

desde la ciudad en donde vives,

hacia en la que tengo mi trabajo...