Una historia de amor eterno
En mi incesante búsqueda de lo incierto
recorrí mil caminos azarosos,
cien veces tropecé y otras tantas caí
pero en mi afán de aferrarme a ser feliz,
logré recuperarme y ponerme en pie
para continuar luchando con ahínco y con fé.
Aprendí a volar sin alas con mi imaginación
surqué incansablemente el espacio infinito,
crucé mares y océanos, sobrevolé bosques y montañas
y en mi extenso vuelo en el que no hubo escalas,
hallé un sin fin de obstáculos que tuve que superar
pero nunca desistí para alcanzar mis anhelos.
Me empeñé en soñar despierta pensando que algún día
a mi vida iba a llegar un motivo que hiciera,
que siguiera luchando para al fin encontrar
lo que yo tanto ansiaba para vivir contenta,
pero en mi obsesión por hallar lo que no existía
hice añicos a mi corazón y me quedé en soledad.
Y con mi alma agobiada y embargada por la tristeza
me refugié en mi fortaleza apartada del mundo,
pero en este cautiverio y hundida en la nostalgia
los recuerdos en mi mente me calaron profundo,
y decidí otra vez enfrentarme a la vida
para encontrar la felicidad y la esperanza perdida.
Caminé sin descanso...Aunque muchas veces tropecé.
Volé sin tener alas...Un interminable viaje.
Soñé siempre despierta...Imaginando la felicidad.
Me refugié en mi fortaleza...Haciendo a mi alma cautiva.
Pero nada de ésto me sirvió para poder consolar
a mi pobre corazón, que ansiaba hacerme sentir querida.
Ahora, cuando al fin estaba resignada
a continuar viviendo inmersa en mi melancolía,
de pronto, un rayo de luz ilumina mi cielo
y me transmite un mensaje de amor angelical,
de un amor sublime que a pesar de la distancia
promete que siempre a mi lado estará.
Con este amor divino, ya no existen más miedos
mi corazón de nuevo ha vuelto a palpitar,
por fin se disiparon las nubes de mi cielo
y mis labios lograron una sonrisa esbozar,
de mi alma cautiva los temores desaparecieron
y hoy solo quiero vivir para el amor disfrutar.
Este amor que en mi vida se ha hecho presente
será indestructible y nada logrará
derribarlo, porque se construyó con verdades latentes,
no existen las mentiras, ni hay falsas promesas,
es amor transparente, lleno de integridad
y cierta estoy que nada ni nadié lo destruirá.
Y acá en la lejanía, desde mi fortaleza
en cada madrugada yo le habré de esperar,
para entregarme a él y dar rienda suelta
al sentimiento puro que nació en nuestras almas,
ya sin dudas ni llantos, sin temores ni miedos
solo con la convicción de amarnos hasta la eternidad.
(Winda)