gaston campano

Viejo mate

El mate café en las manos

bajo el nogal despierto

donde el zorzal trinaba

entonando sus recuerdos.


La bombilla plateada

reluciendo su figura

delgada como quería

luciendo su figura.


Sentada en unos labios

de rojo color intenso

donde un corazón nacía

esperando sus anhelos


Ella hizo volar sus cuitas

entre los dedos apretados

cuantos años pasados

de amores con alegrías.


Mientras al mate ponía

azucar café quemada

a su amiga le contaba

dichas que está sufriendo


Por tenerlas congeladas

en sus puros pensamientos.

Ël llegó un día lluvioso

con capa y un sombrero.


Fué mi principe negro

así las nubes lo trajeron,

puso sus manos en las mías.

Y allí ellas florecieron.


Para secarse luego

sin un adios sincero

y  me ha quedado

de él, solo su sombrero.