Mi mente forza a mis recuerdos a que traigan consigo mis pensamientos más antaños. Desperté desahogada a medias con una sensación melancólica completa.
Día lluvioso, muerte sombría, hojas mojadas, alma vacía.
No quiero traer del destierro mis antiguas sensaciones; esas que me acribillan cada sol y cada luna al sentir a la amante inoportuna, soledad.
Fuerte contra la roca la espada es golpeada y con un par de rasguños sigue afilada con deseos de matar.
Mis arbustos se estremecían con aquella sombra fría que espantaban a las luciérnagas. La muerte está en todas partes, en la cama de un anciano, en la cuna de un bebé
Mi cerebro quiere darle carne a la huesuda, esa que está arraigada a mi cuerpo salvaje, esa que hace tiempo desterré…
… no quiero hacer regresar de la tumba mis antiguos pensamientos, su aroma vagabundo y putrefacto quiere volver a cautivar mi olfato.
El tiempo pasó y mi piel volvió a sentir el viento cuando archivé mis momentos mal vividos, pero mi razón que ya no razona quiere que mis alas se queden sin volar.
Mi mente se forza a sí misma en un día lluvioso, con la muerte sombría cuando las hojas están mojadas y mi alma se recuerda vacía.
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