Margarita Dimartino de Paoli

¡YO DEFIENDO AL AMOR....!

(Décimas)

 

Era un alma soñadora

de sus ensueños vivía

y solo en su ser sentía

cual canción arrulladora

la dulce ilusión que adora

el alma preconcebida.

Cual misterio de la vida

cada ser así se forma,

y de la nada transforma

lo que dentro de sí anida.

 

Por tal extraño proceso

en que la vida atraviesa

juegan unos como aviesa

juegan otros con más seso

y nadie pierde por eso

más de lo que en si tenía.

Y otras almas a porfía

no tienen comparación

pues van en superación

de la pasión que sentía.

 

Todos aman al comienzo

con pasión arrolladora

y luego viene la hora

que llaman \"sosiego\" y pienso

cual artista que muy tenso

su pensamiento ha pintado:

¿Dónde el amor ha dejado

su pasión y su embeleso...?

¿Por qué no piden un beso

la boca del ser amado...?

 

¿Qué laxitud sedentaria

de los seres se apodera...?

Todos miran a su vera

con actitud pasionaria

y en deseos milenaria

no tiene ahora importancia.

Todos ven a la distancia,

pues cerca no tiene objeto.

Dueño en su amor el sujeto

no tiene fe... ni constancia.

 

Más el alma enamorada

no se detiene a pensar

si el tiempo... eterno rodar

pinta canas a su amada

El amor que es alborada

resplandece vida mía

y aunque algunos a porfía

lo quieran envejecer,

no lo pueden decrecer

porque nace cada día.

 

¡Es fácil llamar costumbre

al amor ya conquistado

uno se queda aquietado

seguro, sin que vislumbre

el alma la certidumbre

que otra vez ha vuelto a errar…!

¡No se detiene a pensar

en el alma que a su lado

al amor lo ha idealizado

y en su reino a de reinar…!

 

Más si de pronto en la brasa

de ese fuego adormecido

encuentra otra alma su nido

otra forma el amor traza

Y aquello que antes rechaza

vuelve a cobrar nueva vida.

Se agita el alma dormida,

tiembla el cuerpo estremecido,

siente otra vez su gemido

y surge el alma querida.

 

¡Vuelve a sentir la pasión,

la misma que antes sentía...!

¡Vuelve a querer... suerte impía

con la misma adoración

que tiene dulce emoción

del tiempo inmenso perdido...!.

¡Amor que siempre ha vivido

nunca podrá decrecer,

alienta así... para ser

del alma su consentido...!

 

¡Es que no entiende que amar

es darse con el que vive...!

¡El fuego que se reavive

nunca se pueda apagar...!

¡Jamás le podrá pasar

el ensueño que la vida,

dejó en las almas prendida,

bello regalo dejó,

si el alma nunca cejó

en su amor no está perdida...!

 

¡Ay...! ¡Viva siempre el amor

cual fuerza tan poderosa

que nadie pueda otra cosa

que solo sufrir dolor,

por no saber dar color

al Amor divino instinto...!

¡Solo lo encuentra distinto

el que no es espiritual,

el alma tiene un ritual

que al amor pone precinto...!

 

MARGARITA DIMARTINO DE PAOLI

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