Creo en el hombre que arriesga
su sangre para besar la victoria
que ve utopías en sus uñas
que tiene ojos para atisbar
horizontes en sus sueños y pesadillas.
Creo en la mujer que ha vencido
cruces de sal y alambradas,
que es bella dentro de su piel
que ha venido contra-historia
escalando prejuicios, taras y anatemas.
Creo en la libertad de los pueblos
como la máxima expresión de vida
creo en ese pequeño dios desnudo
llamado hombre y lo quiero sano
creo que recuperará su destino
de cristal, flecha y luz.
Creo en la hermandad del lobo
en los héroes desconocidos
en los laberintos que puedo cruzar
en los labios besados creo
en los abrazos de los enemigos.
Creo en la poesía que es el grito
de liberación y arte
en la noche que trae reminiscencias
de fogatas y miradas dulces.
Creo en el sexo y en su pureza
en la unión de los cuerpos
en los amantes desesperados
sin remordimientos ni temores.
Creo que debemos des-prohibirnos
de lo prohibido.
Creo en la muerte y el final
como una necesidad de descanso
luego que se ha vivido
con la emoción a flor del alma
con el misterio de los atardeceres
con los dolores purificantes
con las laceraciones del tiempo
con la música de los silencios.