Estaba nervioso, las manos me temblaban.
Esperaba paciente a que ella llegara.
No sabía qué decir o hacer cuando la viera.
Reía, me ponía de pie, me sentaba, me comía las uñas.
Y el tiempo se detuvo…Ella llegó, su mirada me buscaba.
Yo sólo la observaba de lejos, qué preciosa es…susurré.
Poco a poco y algo nervioso me acerqué…
Un “hola” algo difuso salió de mi boca.
Me miró, me saludó y sonrió.
En mi mente seguía diciendo que era preciosa.
Salimos de aquel lugar donde la estaba esperando. Me invitó a caminar…
No pasó mucho tiempo cuando de un momento a otro,
le pedí abrazarla, deseaba cobijarla y sentir su cuerpo.
Sólo se quedó sorprendida y algo nerviosa me dijo: está bien.
Me acerqué prácticamente temblando pero…
En el momento en que la abracé, paré de temblar.
Fue extraño pero me sentía feliz, luego de tanto tiempo,
al fin la podía abrazar y disfrutar de su compañía.
Sutilmente dejé de abrazarla y riendo dije: bueno, sigamos caminando.
Sólo dijo que sí, también riendo y a mí parecer…muy nerviosa.
Todo el camino la miraba, de pies a cabeza, seguía diciendo en mi mente…
Ella es muy hermosa. De repente nos detuvimos en un semáforo.
Me tomó del brazo y me ayudó a cruzar, simplemente corrí a su lado.
Cruzamos y seguimos caminando. Le tomé la mano de improviso.
Se sorprendió y con una voz suave me dijo: ¿Qué haces?...
Me reí y sólo le dije: Quería hacerlo, perdón si te molestó…
Al parecer se quedó en blanco y no supo qué decir así que,
seguimos caminando. Luego de unos minutos de caminata, tomé nuevamente su mano.
Le dije que no tenía nada de malo, así que por algunos minutos caminamos así…
Al parecer le parecía extraño que quisiera hacer eso…
Luego sabría que nadie le había tomado la mano en público
y que hasta ahora, el único en hacerlo, había sido yo.
Una sonrisa idiota se dibujó en mi rostro y mi corazón se aceleró por un momento.
Me parecía extraño que una chica así de linda no haya tenido algún novio que
le tomara de la mano y caminara a la par con ella,
sintiendo orgullo de caminar con una mujer tan hermosa.
Seguimos caminando hasta llegar a un parque, estábamos solamente los dos.
Comenzamos a conversar, reímos, y nos conocimos un poco más.
Las horas se pasaron rápido y en el transcurso de la conversación.
Hubo muchos momentos. La abracé varias veces. Le expresé que la quería.
Estaba algo extrañada con lo que le decía, al parecer ningún hombre le había dicho lo que yo.
Ligeramente deslicé mi mano hacia uno de mis bolsillos, un presente que quería darle desde hace mucho.
Un collar el cual estaba en una cajita, bastante simple en apariencia.
Miré su rostro y al parecer la presentación no le importó.
Le pregunté si podía colocar el collar alrededor de su cuello y la respuesta fue…sí.
Ya teniendo el collar en su cuello, me agradeció.
Me coloqué de pie, luego me puse frente a ella, tome sus manos y…
Mis labios se acercaron tímidamente a los suyos…obviamente, me evadió.
Luego de varios intentos...roce sus labios
y una sensación de goce me abordó, mi corazón se sentía…lleno.
Pronto tuvimos que irnos, era la hora de irme a casa.
Todo el camino para tomar el bus que me llevaría a casa, caminamos tomados de la mano.
Llegó el momento de la despedida, y un fuerte abrazo marcó ese momento.
Cuando llegué a casa, caí tendido en la cama, y me quedé dormido, sonriendo.
Ese día…es el día que sigo recordando como si hubiese sido ayer...