Si Dios pusiera en mi senda
Lo que quisiera tener,
La lumbre de tu querer
Para que mi vida encienda
En su covacha sombría
La luz de la eternidad
Que aleje la obscuridad
y se torne en alegría
La tristeza que me angustia.
La pena que me consume
No encuentra ya medicina.
Mi poética se mustia.
Mi cuerpo en dolor se sume.
Mi tormenta ya fascina.