Naufragamos,
Durante un tiempo,
Por el mar de la indiferencia.
Haciendo piruetas, con olas,
Que invitaban a la muerte.
Pero, sin duda, lo más meritorio fue,
Tolerarnos mutuamente.
Sinceramente, creo,
Que no hubiéramos sobrevivido,
Por mucho tiempo.
Es por eso que decidí,
Morir ahogado en mi propia vanidad.