Muchos individuos se quejan y se quejan: van ariscos, arremeten contra el afloro de sentires y protestan: aduciendo son arrebatos que por la cursileria se tejen. Su desencanto frente al mundo hiere la nobleza del poeta con mensajes muy absurdos: flagelando todo lo que cuenta. Según ellos: la poesía es una cárcel, todo verso debe ser aprisionado, debido a leyes creadas en el antes. Poco me interesan lo que hacen porque vivo de mi arte enamorado e ignoro con desprecio a esos buitres vigilantes.