En la oscuridad me mataba el silencio... Los sonidos a mi exterior eran inertes... Mi mente producía una cantidad excesiva de pensamientos que poco a poco bajaban a mi alma produciendo más dolor... Dolor que durante el día podía evadir... Al caer la noche el temor de volver a vivir las mismas sensaciones se apoderaban de mi... Constantemente recurría a las mismas actitudes... Me encontraba encerrada en un círculo vicioso de todas la noches... Situación en la que recurrentemente me hallaba atada de manos... Mis lágrimas no eran más que puras y sigilosas marcas del llanto que vivía por dentro... Sentía el no poder respirar... La intranquilidad cedía ante mi angustia... Era una cadena que me mantenía cautiva... Daba vueltas en círculos sin encontrar la solución... Mis actitudes iban más allá satisfaciendo necesidades meramente vacías... Una y otra vez las repetía buscando encontrar paz... Donde sólo encontraba soledad... Me hacía sentir como la niña que se sienta sola en un rincón... La cual lloraba soltando sus lágrimas sintiéndose como la más desdichada... Era el cáncer que se instaló en mi ser sin darme cuenta... El que me causaba tanto daño... El que permití llegar siendo algo pasajero... Siendo la ilusión que destrozó mi ser... La infelicidad que segundo a segundo limitaba mi existencia... Pero del cual no me di cuenta que poco a poco me iba matando... Aniquilando lo más puro de mi ser... Destruía y volvía impotente mi felicidad... Todo solía ser vacío sin su presencia... Mis emociones sucumbían y dejaban de existir... La fortaleza que existía en mi se derrumbaba conducíendome hacia el camino de la perdición... Donde perdería mi esencia... Donde dejaría atrás todo por ceder a sus deseos vacíos... Era la cárcel que impedía mi libertad... Todo por intentar buscar comodidad ante mi locura... Excentricidad que nadie era capaz de entender... El confort generaba sentimientos más arraigados en mi corazón... La particularidad de nuestra esencia era real tan personificada... Nadie tenia la competencia para comprender nuestras acciones... Las vivencias se volvían más cálidas así como la tortura en mi alma... Sus acciones me sorprendían... Hacia lo que nadie había hecho... Su tacto era impredecible... Mis defectos eran una forma más de expresión de afecto ante su existencia...