Enséñame a contar las noches sin estrellas.
Siéntate aquí, en el claro oscuro,
frente a la ventana roja que mira al parque
o entre aquellos abedules que crecen en el río.
¿Aun recuerdas esos campos,
el movimiento de las flores,
el color amarillo del cielo
y la luna anaranjada?
Nos completó la lluvia con su beso
y el invierno prestó abrigo a la cuna
donde creció el amor,
pero llegó marzo con sus amores nuevos
a colmar mi vida de angustia.
!Cuánto rie el que gana un amor,
cuánto sufre quien lo pierde!,
por eso, amor, búscame entre mis días tristes
y enséñame a contar el tiempo sin ti.