Tristeza inevitable ,
fijación de lo que no se fue.
Ah!, la canción desesperada de Neruda,
la espera de la caída
de las hojas de Celada
que no se calleron,
en el tiempo que esperaba.
No espero, pero espero.
Esperaré como esperando abril;
soñaré y despertaré;
para seguir soñando
me dormiré
que los sueños son realidad
y las ilusiones no son utopías;
y si lo son, serán locas utopias
desgranadas del fruto de la filosofía.
Todo el tiempo del mundo es mío
y la posteridad me pertenece
conciente que vivo
y soy fuera del mundo,
lejos de lo convenido.
Descreído y megametafisico,
hoy, me levanto
para no caer nunca más…!
pero también, hoy me desconecto
de toda sincronía cuerda
y libre eligo enloquecer,
enhiesto y con mi legado
metafilosófico y extrapoético,
exotérico y ultralitérario,
antipoemático
y ultra- contra globalizante.
Soy no siendo.
estoy aunque ausente,
indeterminado
y contundente parmenidiano:
\" fuera de mí, fuera de mí,
dentro de mi propia fantasia\".
Sucumbo y no resisto a la locura,
la sigo y me persigue.
Alabada sea la locura
porque se esfuma el caos
y se enderezan los entuertos
y sigo bebiendo taza
Tras taza de café y más café...
¿Y el mundo?, está mal, muy mal
A todos gracias,
que antes así no fué!.