He visto en la profundidad de tus ojos,
una eterna melancolía,
que abruma al alma mía.
He sentido a tu corazón latir...
tan solo por latir.
Tu sonrisa una mueca es,
que esbozas
tan solo por cumplir.
He sentido tu llanto apagado
como viaja en cada suspiro
que brota de tu pecho varonil,
mientras una lágrima
asoma por tus ojos,
tratando de confundirse con la lluvia.
¿Sabes lo que es amar?
-te pregunto-
Y tu mirada vuelve a perderse
en un vacío inexplicable para mi.
¡Tengo tanto amor para darte!
y tu alma es un desierto
que está muriendo...
Levanto los brazos
abriendo un compás entre ellos,
mientras te susurro al oído...
Ven, te voy a enseñar a amar...