En la oquedad de mis recuerdos moribundos
me esfuerzo por encontrar algo tuyo…
pero no hay algo que me diga que tú existes.
Bendita tristeza que abre surcos
en mis mejillas, llegando hasta el alma,
recorriendo el camino hasta mi melancolía,
para guardar en lo recóndito el dolor y la añoranza.
Un día fue mío tu amor
y como una flor que se abre al sol,
tus días perfumé con candor…
No sé en qué momento la flor se amustió,
el manantial del amor se secó
y como un desierto desolado,
en donde la lluvia marca su ausencia,
quedó mi corazón...
en su aridez,disecado.
Felina
COMO UN DESIERTO