mirada

EL SUPER ARMA SECRETA

 

 

                                                                                                               

La Súper Arma Secreta

                                                                     Pilar  Escor.

 

Entrabamos en la estación de primavera, y cuando llegaba

 

la mañana, el sol alumbraba muy dulcemente la ventana que daba

 

al patio, en el dormitorio de Benjamín. Apenas el veía la luz entrar,

 

remecía diciendo, _ mamá, ya llego el día, hay que levantarse_ y

 

yo  lo miraba  entre dormida  su cara, y a la vez el reloj, que no se

 

equivocaba dando las 07-30 de la mañana.

 

  A veces me parecía fastidioso pero luego al ver su carita de risa,

 

todo se volvía divertido, jugando con los cojines y a los súper

 

héroes. Para nosotros era ya rutina jugar un ratito antes de levantarme, y

 

empezar con mis deberes de dueña de casa. Me levantaba, vestía a

 

Benjamín para llevarlo al jardín, y así pasaba mi día, haciendo

 

cosas y cosas que nunca acababan, y sin darme cuenta llegaba la

 

noche y vuelta a la cama.

 

  Muchas veces sentia una sensación de culpa, por no dedicarle

 

más tiempo a mi hijo, y sin embargo sabía con exactitud cada gusto

 

de El. Había oportunidades que El me contaba sus sueños en cuanto

 

despertaba, y al escucharlo y mirarle sus inmensos ojos café, me

 

envolvia con su relato, imaginándome su travesía.

 

   Hubo una vez que me contó un sueño un poco traumático para el,

 

por que tenía que arrancar de un monstruo. Le dije que luego lo

 

Olvidaría, pero no fue así, pasaron cinco días y aun se recordaba.

 

Era un monstruo que se transformaba como quería y a veces era

 

hasta invisible.

 

  Benjamín es un niño de una imaginación increíble, solo tiene

 

cuatro años, y sin embargo para contarme sus historietas, pareciera

 

un niño de siete. Aparte de sus historias, le encantan los legos,

 

arma y desarma, crea naves espaciales y monstruos transformables

 

como también súper armas. Una vez creo una con sus legos, que le

 

duro una semana, la traía y llevaba al jardín.

 

  Una noche, estaba terminando mis tareas domesticas, y Benjamín

 

estaba durmiendo, me percate que estaba muy inquieto en su

 

profundo sueño, lo tome entre mis brazos y me acurruque al lado de

 

El, pero no me di cuenta, cuando de repente la habitación empezo

 

a iluminarse y en cosas de segundos las paredes empezaban a

 

desvanecerse hasta desaparecer por completo.

 

 (ESTE CUENTO CONTINUARA....)