Cuerpo divino;
Hecha mujer, hecha flor.
Tu cuerpo desnudo es
como un árbol en pleno otoño.
Desnuda eres una rosa sin pétalos,
desnuda eres liviana como el aire o una nube,
eres sensible como una rosa sin espinas y frágil como un clavel
perfumado de cerezos.
Tu rostro es un faro en las noches:
tu boca, tus labios, tu sonrisa,
toda tu cara se transforma en un crepúsculo mágico y eterno;
tus ojos de luz iluminan y cambian todo lo que ven.
Tus pechos son dos galaxias estelares y tus pezones son
pequeñas estrellas inmóviles
que dan vida el universo sexual.
Tus piernas largas, frágiles pero fuertes mantienen en balance,
en equilibrio a tu esqueleto y a
todas las demás partes de tu
cuerpo.
Qué puedo decir de tus pies.
Tus dedos y tus uñas son pequeñas frutillas color rosa
mosqueta con aire silvestre;
tus muslos son como una cascada en crecida,
son un volcán de fuego y metal,
tus muslos son suaves como el algodón o la seda.
Esta oda es un canto,
es un himno a lo más maravilloso y mágico que posee la naturaleza humana:
Su forma es única y perfecta.
Por eso con humildes palabras de poeta pasional y melancólico digo que no me cansaría de admirar, ver y sentir
a tan hermosa criatura como es la mujer y como lo es su cuerpo.
\"Cuerpo creado por Dioses y Sirenas del alba hace siglos y siglos\".
\"Manantial claro, cómo no admirar la gracia de la vida. Hecha mujer,
hecha cuerpo,
Hecha flor\"...