Te he dado mi vida,
mi mente, mis dedos
y no recibí nada, nada...
ni siquiera pensamientos.
Yo te he dado todo;
de mi cuerpo, mis senderos;
de mi mente, pensamientos;
!!yo te he dado todo¡¡
yo te he dado hasta mis versos.
Sin rencor hemos quedado,
pero tú me diste versos,
tú me diste tú figura,
tú me diste amor eterno;
no sólo te di mi mirada,
yo te he dado mis deseos
y sólo queda la mirada...
de tantos fervientes recuerdos.
Ahora te intimida mi mirada
porque dices que te quema,
que te quema de los brazos
a la punta de las piernas.
Ahora sientes como te ama,
aquel que tú desprecias,
ahora siente como ama
el de la mirada tierna;
y ahora no te abrazo, no te toco,
no te hago mis poemas,
porque de mi te ha quedado
sólo mi mirada tierna...
Y ahora...
no esperes más,
nada más que mi mirada,
ya no esperes cosas buenas;
bueno... ni siquiera de las malas;
ya no esperes mis abrazos,
ni recados, ni mis cartas,
ya no esperes mis cariños
como estas acostumbrada,
ya no esperes que te quiera,
ya no esperes cuentos de hadas,
y ahora guarda sólo en tu recuerdo,
guarda sólo mi mirada...