Tuve una lora
muy circunspecta
de manera perfecta
hablaba mi idioma.
Era una señora
muy bien hablada
muy educada
y conversadora,
pero había horas
en que amenazante
se volvía peleona.
Mentaba a mi madre
que se llama Lola
y feas palabras
que la desentonan,
como un delincuente
sí se envalentona
mostrando un glosario
de variada forma,
como una persona
después que la roban…
Yo golpeo la jaula
con la vieja escoba
y le echo agua
con una perola
para así calmarla
de alguna forma.
Y después, pobrecita
se estremece toda
baja la cabeza
medio timidona
llena de vergüenza
por esa deshora;
y luego me dice
mirando mi sombra:
Amigo te imploro
si me ves tan sola
me traes un loro
eso me mejora
y se acaba todo.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Derechos Registrados
Bajo el Nro. 55620114
Maracaibo Venezuela.