Solo ante un destino incierto,
cuando las sombras cubren en mundo
y las tinieblas se ciernen amenazantes.
El mañana no importa, no existe,
será una mala copia del hoy sin sentido.
El amanecer traerá una luz turbia,
el poder del sol será vencido por nubes
de color gris sucio de malos presagios,
que se irán deshaciendo en gotas
y caerán impasibles para producir fango
para que el caminar sea lento y pesado.
Pasos de plomo bajo cielo de plomo,
que no dejarán volar al alma eterna
sujeta por las cadenas de mil incertidumbres.
El mañana no existe es el hoy repetido,
girar y girar alrededor de una esperanza,
entre dos fuerzas contradictorias
que no llevan a ninguna parte.
FÉLIX MORENO