Muñeca negra de trapos azules, cabellos de mopa amarilla que remembra mis sueños.
Los que fueron de ambos, tuyos y míos, los mismos que fuimos uno.
Te veo guindada como queriendo besar y yo parado queriendo abrazar, a ambas, las mujeres de mi vida.
De pie me pasa el tiempo esperando el que ha de llegar, haciéndote de carne para de tu boca escuchar, las primeras sílabas, la repetida y esperada pa.
Llevo mi alma impregnada de tu madre, mi majestad, la que te traerá algún día hasta mí, queriendo como hija mía a mi muñeca de trapos azules y mopa de oro con rizos de amor.
Te espero.