Managua, 20 de enero 2014
Te he esperado tanto
dentro de un rato entrarás por esa puerta
voy a apagar la luz y a encontrarte a tientas.
Quiero que mis dedos sean mis ojos.
Voy a apagar la luz para sentir la suavidad de tu pelo,
el largo de tu cuello, tu mentón puntiagudo
y el aroma de tu perfume.
Voy a apagar la luz
Quiero que mis dedos sean mis ojos:
Tu frente amplia y arqueadas cejas,
tu nariz ancha y la suavidad de tus labios.
La seda de tu vestido que cede al toque de mis manos.
Esos hombros delgados y brazos carnosos,
lo pronunciado de tus pechos, ese aroma fresco
con olor a recién bañada.
Suavemente las yemas de mis dedos recorren tu cintura
y se detienen en tu ombligo.
Allí juguetean un rato, con ese huequito que se hunde
al roce de mis labios.
Bajo a tus piernas, hermosas, contorneadas
Tus pies que juegan a los dedos perdidos en el mercado,
en el cine, en el parque... y se dejan encontrar.
Llegan mis manos en medio de tus piernas y acarician
ese paisaje precioso.
Voy a apagar la luz
y la dicha será de los dos.
Te he esperado tanto, tanto, tanto.
Voy a apagar la luz antes que vengas dije,
pero, no viniste.