Sentado estoy en la calle vigilando lo que pasa,
de mi testa el ridículo culo apoyado en la pared,
mi calva expuesta al sol está que tal me abrasa
deslizándose lágrimas por mi faz saciando sed.
Mi brazo se alza al cielo y a mi frente le repasa
en un zigzagueante haz del derecho y del revés,
cabellos son candelas preparadas para la brasa,
los ojos de sudor se nieblan y ya no pueden ver.
Ciego y exhausto, de sueños rellenos de melaza,
absorto con avidez me refugio en la imaginación
lo que pasa en la calle, lo que ocurre en la plaza
no me interesa, no quiero ver más, es mi coraza,
voy a morir de sed, quizá de inanición.Mi corazón
sufre esta visión de la realidad que me atenaza.