Caballero altanero,
pulquérrimo y gomoso
amante de las fortunas
¿Se puede saber tu nombre?
Petulante sonrisa va
en tu rostro fariseo y,
en tus andares firmes y,
en tu mirada perdida.
Tienes bastantes amigos
te paseas en donde sea
¿la política? tu deleite
¿ tu avidez ? eviterna.
Me ofreciste un centavo
con el fin de callarme y,
terminaste deprecando
tras mi risueño rechazo.
Tanta ambición bailaba
en tu execrable mirar
que sentía mi reflejo
fingido en tus pupilas.
Un día te encontré y,
pedí tu nombre otra vez
-Corrupdiversión- dijiste
y yo dudé de tu nombre…