¿Qué hacer con tu recuerdo en mis ojos?
Con tu cuerpo inerte.
Con el batir de tus alas.
Con tu silencio de estrellas?
Yo en tu lejanía,
pajarillo que te cansaste de volar;
y al infinito te elevaste
en tu último vuelo
con tus alitas rotas.
Y te liberaste de la penosa vida.
Yo me quedo, abatido,
con la mitad de mí
siguiendo tus estelas a la eternidad.
Me quedo todavía,
para en tu memoria luchar,
agua pura que te me fuiste
entre las manos,
blanca paloma herida,
viajera a la inmensidad!
(la vida sigue aún
y sigo bebiendo café
y tú sigues trascendiendo;
¿sabes que me refiero a ti?,
Sí, a ti, de quien respiro tu dolor,
de quien te recuerdo
presurosa a la jornada
y los soles de tus ojos al atardecer.
Inhalo tu pesar y mi herida se abre,
en la distancia sin que lo sepas,
sin la sospecha,
imaginando el vacío
que su ausencia te deja…)
Y se me escapa la vida
Para seguirte en tu dolor infinito,
(Para morir en tu muerte
hoy que vives muriendo
en la mitad de tu ser,
que sufriendo se quedó
porque tu paloma voló
a las dimensiones secretas,
al eterno retorno a la nada;
te quedas breve,
te asfixia su ausencia,
tu tragedia me mata,
has perdido todo sentido,
la fe está aniquilada…)