Olvido en el profundo abismo,
Del rencor y la envidia,
sentimientos recíprocos, sobre humo
ambición de la discordia.
Yace en un momento de fracaso,
rabia que entierra,
al más ingenuo, en camposanto,
el delirio y su puerta.
Donde no hay lugar para débiles,
guerra que entona
el grito de desespero, proyectiles,
estrategias y la corona
En el que el fuerte no será,
esta vez el ganador,
sino el que aprendió podrá,
ser glorioso y triunfador.
De un montón de muertes,
a su cargo entregará,
el trauma de insurgentes,
todo aquél que no pudo acribillar.
UN AMICO