Jamás podré saber, adorada,
cuanto anhelé otra vez tu besar,
sentir de tu cuerpo lo enamorada
que estás, en movimientos sin cesar,
Escuchar de nuestra piel esa tonada
rítmica que es capaz de hacernos ingresar
a lo onírico, donde no existe nada,
sólo lo que en el amor podemos expresar.
Las caricias son otro dialecto
que volaron por toda parte,
nos entendemos siempre perfecto,
por que sólo nací para amarte
y tenemos el tiempo como predilecto
cuando juntos, somos puro arte.