UN ARMARIO LLENO DE AMIGOS
Cuando me llamas, voy.
Al necesitarme, estoy.
Cuando te llamo, no estás.
Al necesitarte, me ignoras,
una vez más,
¿Amigo? ¡Ja!
Amigo cuando conviene.
Tan sólo me recuerdas
cuando tú quieres.
¡Falso! ¡Hipócrita! ¡Ruín!
Mientes más de lo que puedes.
Me río de tu amistad…
Dado que ya, la mía...No la tienes
Desde que te conocí,
poco a poco he comprendido,
que utilizas a la gente
sólo por tu beneficio.
Tienes igual que tu ropa,
de tus amigos un armario.
Lo abres tan solamente,
cuando necesitas algo.
Hazme un último favor…
Mi nombre puedes sacarlo,
porque “amigo” no estaré para ti.
¿Te quedó claro?