Hoy observo a un vacío madero triste,
rutinario objeto colgado en catedrales
algunos subyugan su pena al desuso…
Los demás suspiran por peces y panes
en el eclipse de ese atroz objeto de palo
Muchos han engalanado sus cuellos
Con el brillo que deja tú diamante
Otros solo miran el barniz encima
Pero lo ignoran desatendidamente
a ese afable carpintero que timaste
Sobre tus crueles y ásperas astillas.
Tu fama ha salido desde el anonimato
Porque un rey fue clavado en tu mástil
De maldito que eras te hiciste bendito
En madera áspera pasaste a ser limado
Y en los grandes conventos hoy resides
Terceros te usan como mágica reliquia
Varios hacen negocio por un milagro
Ponen ciertas condiciones por conocer
A Ese hombre tan divino y manso
Que expiró sobre tus torpes esquinas
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