quebonitaeslamar

Angustía y desazón




Me quiero morir.
Entre lento rechinar,
mis dientes tragaron,
la vida me ahogó.

Vivió mi alma
eterna oscuridad,
y la noche más larga
mis ojos apagó.

¡Siete años!, siete,
caminé descalzo.
En el valle de las sombras
mi huella dejé.

Las heridas me quemaban,
roja la blanca primavera,
y en la fuente fría
mi alma mojé.

¡Gritaba mi alma!!!
Sus lamentos se perdían
en la bruma del bosque.
¡No llores, alma mía!!

Me quiero morir,
retumbaba en mi cabeza,
y mis labios probaron
el veneno de mis ojos.

Me jugó, el azar,
una mala pasada.
El destino me envolvió
en sudario rojo.

¡Ya no puedes más!!,
me decían las estrellas.
Retorcido era el camino,
solo la luna lo iluminaba.

Al morir la noche,
nacía un nuevo día,
y con la luz del alba
nuevas fuerzas recuperaba.

¡Como duele, Dios mío!!!
Un vacío, sin entrada,
pero que me quema
hasta las entrañas.