Acariciar la copa
Como si fuese una mujer,
Los dedos en su talle,
Quitándole la ropa,
Rosándole la piel.
Darle un beso,
En su labio de cristal,
Frío y rojo
Como rubíes
Que han de sangrar.
Se vuelca el lagrimal
En el tinto
Vino al llorar.
Hacerle el amor
A una frígida copa,
Y sentirse viento
En popa.
Que se escriba
El dolor,
Mientras le tiento,
Y por escaso
Momento,
Sentir el ardor
De la estrofa
De un verso
Marchito
Y encantador.
Cuerpo entumecido,
Con la dama
Transparente,
El fiel cigarrillo,
Formando un trio,
De soledades,
Delirio y calma.
¡Oh qué cruel ha sido!
Con su roja
Alma y su brillo,
Esa cruel acompañante,
A la que ebrio
Ahora solemne
Le escribo.