Evito que llegue
la hora del sueño,
no quiero dormir
en esta cama vacía;
demasiado grande,
sin un cuerpo que me abrace.
No quiero sentir la soledad
de mis frías sábanas.
El roce de mis piernas
entre la ropa,
me hace añorar su piel amada,
mi contacto con la almohada,
su cara;
siento su olor, su aroma.
La brisa de la noche de verano,
me calma, me alivia con su caricia,
en las noches sin principio ni fin,
en esta casa sin él vacía.
Brisa fresca de la noche,
silenciosa y serena,
ves hasta su lecho y dile
que por sus besos me muero,
dile que por sus brazos y caricias,
su mirada de ojos tiernos
enloquezco.
Como esa hoja seca
que cae del árbol,
así me siento yo sin sus besos,
que sólo su presencia me hace vivir,
me da el aliento para existir.
Que por eso quiero morir,
para verle desde el Cielo,
a cada momento, en cada gesto,
ya que en esta vida no puedo.
Dile que eternamente le quiero.