Te miraba todos los días, eras la viejita de la esquina, de la
Que no conocía su pasado, más solo su presente, te sentabas cada
Tarde, afuera de tu casa, y mirabas a los cielos haber hoy que es lo que pasa
Tus ojos estaban tristes como los de un forastero que está en otras tierras
Yo solo quería saber, cuáles eran sus desvelos, que te pasa y en qué piensas
Si te quedaban esperanzas.
Una tarde me llamaste, parecías preocupada, asustada y un tanto alterada
Me acerque a ella y me dijo yo te observo cada día me preguntaba por qué esta
Tan triste y te vez maltratada.
Triste pregunte ¿yo?, si la triste es usted yo replique, me dijo por dentro me destrozo
Cada vez más como si fuera mi corazón de cristal. La miraba y no recordaba haberla visto sonreír
Le dije me regala una sonrisa no eso no es para mí, no temas de nada algún día comprenderás
No estés triste no estoy loca ninguna de las dos, sé que sufres y te mueras como se muere una flor.
Nunca sabrá nadie porque lloramos, a la tumba nos llevaremos el secreto ¿cuál le dije?
Como no te das cuenta que te miras en un espejo, que yo no existo me inventaste y cada
Tarde a quien vez no es ami es tu reflejo.