Solo y aprisionado por culpables silencios
en el fondo de la noche espío las conciencias.
Tu soledad y la mía son del mismo cuerpo.
Golpea tu indolencia y escucha, sí, despierta:
Yo soy Thanatos. Invócame y te mostraré
mi rostro allá donde tenue la vida no espera.
Búscame en los ríos contaminados por fábricas
y en la flor sepultada entre latas de conservas.
Mira mi boca oceánica de negro abismo
tragar los residuos radiactivos que me obsequian.
Búscame en el cirujano negligente y mírame:
¿No ves mi semblante que ante el dolor no se altera?
¿No ves mi rostro en tu espejo? Mírame y contémplate,
pues si mi alma glacial que engendra siempre la ausencia,
viajero, aún no encuentras, busca mi esencia en el hambre
de los niños y dime: ¿ahora notas mi presencia?
Entonces coge tu alforja y camina... Camina.
Tendrás mi rostro de espanto un día en cualquier guerra."