En mi locura de ayer
un trozo de pan pedía
para ese que día a día
deambula sin poder
un trozo de pan comer
de cincuenta que llegaron
solo siete se quedaron
a acompañar mi miseria
mira que son cosa seria
estos si que me aguantaron
De esos ocho que llegaron
y que en el alma agradezco
esfuerzo que no merezco
el animo que mandaron
cuando a mi me comentaron
compartiendo mi dolor
que si su pan no era flor
que si doy con desconfianza
elevo ya mi alabanza
por un manantial de amor
¿Habrá ese día señor?
en que la mano que da
no pregunte donde va
el pétalo de la flor
cuando cae en su pesor
por la sed de alimentar
para sentirse y gozar
parte de la nueva flor
que germinó de su amor
que lo hará inmortalizar
¿Entenderé yo Señor?
que el pan no siempre es harina
que una sonrisa divina
tiene ese mismo sabor
si se entrega con amor
sin pararme a evaluar
mucho menos a juzgar,
que harán con lo que yo he dado
si será bien apreciado
o lo van a malgastar
Déjame el hambre de pan
esa podre yo saciarla
cuando menos mitigarla
con migajas que me dan
pero donde es que estarán
los manantiales de ti
esos que yo presentí
esos que me prometiste
cuando el corazón me diste
para poder compartir