(Managua, 24 de enero de 2014)
Ha sido mi espera en ti recompensada,
las horas transcurridas devoran minuto a minuto,
segundo a segundo mi paciencia.
Mis dedos practican desdibujando el aire,
para construir tu rostro, para construir tu cuerpo.
Mis ojos ven más allá de la luz que me rodea,
para ver en tus ojos, ese brillo que me embruja…
y me descubre.
Mis brazos abrazan el tiempo que me separa de ti,
como queriendo atraparlo y que te acerques pronto.
Ha sido mi espera en ti recompensada.
He visto, he sentido, he vivido cada una de tus palabras
y han envuelto en una manta tibia mi cuerpo.
Me enredo contigo cuando tú dices que me amas
y rompo en delirios cuando rozas con tus dedos mi piel.
Cierro mis ojos y te miro.
Veo como caminas contoneándote,
saboreando cada paso que te arrima a mí.
Y me envuelvo en tus brazos,
en este rincón idílico que nos atrapa
en ese torbellino que revuelve nuestras sábanas.
Tu cuerpo entrelazado con el mío,
tus piernas entre mis piernas confundidas y
nuestras manos que se toman como si fuera
la última noche de nuestras vidas,
brindan el preámbulo a nuestros besos.
Y se enciende tu boca dentro de la mía y
nuestras lenguas cruzan fuego,
tus pechos frotándose en mi pecho y
tu ombligo jugando con el mío.
Ha sido mi espera en ti recompensada.
Cuando este encuentro ha sido más hermoso de lo que esperaba.
Tú y yo otra vez en nuestra cita ansiada.
Te amo mi amor.