Existen heridas en carne,
heridas en mente, en corazón,
incluso imaginarias.
Unas son insanas, verbales o vanas.
Hay heridas profundas, e insignificantes,
otras superficiales pero aletargantes,
unas sangran expeliendo un vaho de muerte,
otras imperceptibles se bañan en suerte.
aquellas heridas que lamió el fuego,
Centellan distantes como un músico ciego.
son puertas al pasado, caracoles albinos,
cuerdas de un violín ya sin ritmo.
Algunos como mercancías, ofertan sus heridas,
a infantes inocentes, que imaginan otros días.
Unas señalan el camino a ese permanente destierro,
otras olvidamos,
se desmarcan,
y se pierden con el tiempo.
Sin embargo cuando el vil presiona el puñal,
O el guerrero unge la espada, o el fuego medita su efecto
No hay sentido ni pretexto,
La herida pare!!!
Existiendo ese momento,
en el que la sangre,
Y la vida, se separan,
Martillados por el llanto de la llaga.
Son cuidadas en principio, las heridas.
Alimentadas de vergüenza, desprecio y mal juicio,
luego les entregamos albedrío y sonpresa del hastío,
Condenadas a vivir de la sombra al olvido
Traigo una herida muy particular, es en realidad,
un portal, una marca, una medalla, un silbido lejano,
una frontera humana, un misterio irresoluto,
una marca en la arena que no lame el mar todavía.
En su tiempo mi herida fué un vértice salino,
un puente, un camino, un cable de carne
un instrumento indescifrable, Una junta de células sedientas,
mí vinculo a la vida, Y a la muerte también.
Ahora es un ojo sin mirada, que observa mi pretina
Condenado a desaparecer tras el telón de mi camisa,
No le sirve más el albedríootorgado, pero rompe
Mi costillar añorando de la luz un bocado.
Naturalmente hablo de mi ombligo,esa herida de amor
Ese detalle mínimo, ese elemento conexo a mi pueril anatomía.
Habita en mí, y me indica a donde voy
porque no importa, como,
Siempre!!! Siempre!!!
Mira, adelante
Y sobre todo me recuerda
que vengo de mi madre…