andresmendieta

Herida de amor

Existen heridas en carne,

heridas en mente, en corazón,

incluso imaginarias. 

Unas son insanas, verbales o vanas.

 

 

Hay heridas profundas, e insignificantes,

otras  superficiales pero aletargantes,

unas sangran expeliendo un vaho de muerte,

otras imperceptibles se bañan en suerte.

 

 

aquellas heridas que lamió el fuego,

Centellan distantes como un músico ciego.

son puertas al pasado, caracoles albinos,

cuerdas de un violín ya sin ritmo.

 

Algunos como mercancías, ofertan sus heridas,

a infantes inocentes, que imaginan otros días.

Unas señalan el camino a ese permanente destierro,

otras olvidamos,

se desmarcan,

y se pierden con el tiempo.

 

 

Sin embargo cuando el vil presiona el puñal,

O el guerrero unge la espada, o el fuego medita su efecto

No hay sentido ni pretexto,

La herida    pare!!!

Existiendo  ese momento,

en el que la sangre,

Y la vida, se separan, 

Martillados   por el llanto de la llaga.

 

Son cuidadas en principio, las heridas.

Alimentadas  de vergüenza, desprecio y mal juicio,

luego les entregamos albedrío y sonpresa del  hastío,

Condenadas a vivir de la sombra    al olvido

 

Traigo una herida muy particular, es en realidad,

un portal, una marca,  una medalla, un silbido lejano,

una frontera humana, un misterio irresoluto,

una marca en la arena que no lame el mar todavía.

 

En su tiempo mi herida fué  un vértice salino,

un puente, un camino, un cable de carne

un instrumento indescifrable,  Una junta de células sedientas,

mí vinculo  a la vida, Y a la muerte también.

 

Ahora es un ojo sin mirada, que observa mi pretina

Condenado a desaparecer  tras el telón de mi camisa,

No le sirve más el albedríootorgado, pero rompe

Mi costillar añorando de la luz un bocado.

 

 

Naturalmente hablo de mi ombligo,esa herida de amor

Ese detalle mínimo, ese elemento conexo a mi pueril  anatomía.

Habita en mí,  y me indica a donde voy

porque no importa, como,

Siempre!!! Siempre!!!

Mira,  adelante

Y sobre todo me recuerda

que vengo de mi madre…