Las palabras,
así como las hojas de otoño
se las lleva el viento
viejos amores, felices y amargas dolencias
se las llevan los vientos, embarcadas en nostalgias
el hombre, el amante, la infeliz existencia
los besos infieles, cuando una planta se seca
todo ello, todo cuanto tenga existencia
es génesis para la bella inspiración,
escriben los hombres, pues en su canto hay agonías,
angustias y congojas
auxilios a gritos y endechas
para seguir viviendo, perpetuándose en algún ser vivo
transmisiones escritas, para no ser olvidados
venciendo tristemente a la muerte asechando nuestras verdes y viejas raíces.
Tu escribes, tu que con amor entregas
pariendo suspiros, al aire, a mis dolencias
el ser escribe, en una inmensa nebulosa,
para seguir viviendo, inmolándose en sus racimos
de pie aun vivo el poeta, obsequia refugio y sombras.
Darío Ernesto Muñoz Sosa