Si un día ves
que ya todo lo he pagado,
no condenes el camino
que he andado.
Si ya he confesado mi pecado,
déjame ser libre del pasado.
Si he amado, sufrido y fracasado,
déjame vivir
mi futuro transformado.
Si me ves llorar, desesperar,
no condenes la vida
que me queda por andar.
He aprendido la mentira y falsedad.
Es mi experiencia, mi verdad,
el fruto de mi única realidad.
Mi pasado es para mí sagrado;
te crees por ello mejor que yo.
Si eres sabio y has triunfado
no manipules lo que tengo,
lo vivido, lo que soy.
Es la vida que te lo ha dado,
a mí me ha puesto
bajo tu juicio sin compasión;
no me creo que eso sea
la Voluntad de Dios.
Quédate con mi vida,
si eso te tranquiliza.
Hasta dónde piensas llegar.
También tú la vida,
un día la perderás,
y de arrepentimiento llorarás.